miércoles, 6 de octubre de 2010

Interrumpir o Vivir (II)

(Esta entrada es continuación de otra anterior: "Interrumpir o Vivir (I)")
En la entrada anterior sobre este mismo tema, me centré casi de forma exclusiva en hablar sobre la "ley del aborto" y sobre las diferentes medidas que iba a tomar al respecto el Gobierno. Como ya decía allí, quizás esa fuera la parte más fea, más sucia. Y es que en verdad es así. Muchas veces cuando hablamos del aborto, nos centramos en las leyes, en lo que debe estar prohibido o no, en lo que es moral o inmoral y no nos paramos a hablar sobre por qué no hay que abortar.
Está claro que si se considera que el feto es un ser humano, una vida más, el aborto es un asesinato y por tanto, en ninguna cabeza cabe la idea de llevarlo a cabo. Siempre hablamos en estos términos porque aquí es donde está el quid de la cuestión. Pero ¿por qué no hablar de lo que pasa cuando no se aborta?
Cambiemos la perspectiva. Solemos decir: "No abortes, porque si lo haces estás deshaciéndote de una vida inocente, no estás pensando en el derecho del niño a nacer y tendrás remordimiento de conciencia y tal y cual..." En vez de eso, digamos: "Si no abortas..." y expliquemos lo que pasa en ese caso. Entonces ahora alguien saltará y dirá: "¡Estás loco! Si quiere abortar, lo peor que le puedes decir es qué va a pasar si no lo hace, porque le darás más razones para hacerlo". Si realmente pensamos esto, ¿qué idea tenemos en la cabeza sobre lo que es tener un hijo?
Pues en gran parte, lo que oímos a los padres y lo que hace que la "ley del aborto" tenga sentido para muchas personas. Todo parte del egoísmo y del pensar en uno mismo; de la incapacidad de pensar en el otro antes que en mí y del deseo ardiente de tener una vida fácil, acomodada, sin complicaciones y con "cada cosa en su debido momento". En realidad no es en su debido momento, sino en el momento que a mí me place. Esa es la filosofía de vida de muchas personas: "ser feliz" lo llaman algunos, "estar bien" lo llaman otros, "tranquilidad y tiempo para mí y para los míos" expresan los más agudos.
Todo esto da lugar a algunas de las frases más oídas de los padres. "Piénsatelo bien, porque tener un hijo te cambia la vida". "Una vez que tienes un hijo, olvídate de salir por ahí y de tener tiempo para los amigos". "A ver si llevo a los chicos a entrenar y así me saco un tiempo para poder descansar". "Una vez que llegan los niños a casa, ya no puedo ni ver la televisión tranquilo". "¿Vais a tener un hijo? Ganas tenéis de complicaros la vida tan jóvenes, primero hay que disfrutar". Y así, muchas más...
Quizás la más importante de todas sea la primera: "Te cambia la vida". Y es que al menos eso sí que está claro, pero ¿por qué parece que todas estas frases tienen una lectura negativa, o al menos no positiva? Parece que tener un hijo es la perdición, el acabose, el fin de una etapa... Incluso cuando hablas con muchos padres, sus hijos parecen un estorbo, como una carga pesada de la que les gustaría deshacerse cuando quisieran ("A ver si se hacen mayores ya" se oye a menudo). Con esta situación, ¿no es lógico que unos padres primerizos se planteen abortar?
Y es que hoy en día nadie habla del tan famoso "amor de madre". Sí, algunos se lo tatúan, pero ¿quién habla de él? Incluso si algún atrevido se lanza a hablar sobre él, lo hace desde la perspectiva de hijo querido, pero no desde el punto de vista de la madre o del padre. Típicas frases son "Madre no hay más que una", "Mi madre es la mejor del mundo" o "Nadie te querrá como tu madre". ¿Acaso son mentira? Pues no, no lo son.
Cuando no abortas, o lo que es lo mismo, das a luz a un hijo, te cambia la vida y empieza a ser muchísimo más complicada, quizás más aún de lo que te pudieras imaginar. Tienes la responsabilidad de una vida en tus manos, tienes la posibilidad de educar a un niño, de ver crecer a una persona, de compartir toda tu vida con ella. Has logrado el milagro de la vida en ti misma (o en ti mismo, recordemos que el padre también pone su semillita...) y puedes abrazar al niño y sentir cómo late su corazón. Pronto podrás percibir cómo siente, cómo piensa, cómo quiere y cómo habla... ¡Hasta te va a decir cosas! Quizás hayas tenido dudas y miles de preocupaciones durante 9 meses... ¡Ahora ya no tienes ninguna!
No quisiera pecar de sentimentalista, aunque quizás ya lo haya hecho, pero está claro que cuando tienes un hijo, todo cambia. Vas a dar hasta tu último aliento por ese hijo, vas a estar dispuesto a entregarte del todo a él y a desvivirte por él. ¿Acaso puede haber algo más bonito?

9 comentarios:

No me puedo resistir a comentar esta publicación:
ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO.
Conozco dos casos recientes muy cercanos de dos mujeres que hace poco han perdido al bebé que esperaban, y al hablar con ellas, me doy cuenta de que la huella que ha dejado dentro de ellas la "vida" que existió es difícilmente (por no decir imposible)olvidable...
En sus casos, es cierto que deseaban el bebé desde el principio, pero ¿quién se atreve a decir que los bebés que vienen por sorpresa son luego menos queridos o menos felices que el resto?
Claro que ahí entra en juego la fé,
creer que la vida y es un regalo y como tal,
hay que luchar por ella y defenderla. (Madre Teresa) :)
La película de "Bella" trata muy bien este tema también, según mi punto de vista :)

Miralo desde el lado opuesto: Nadie se para a pensar sobre la moralidad de crear una vida. Se queda en un capricho personal. No digo que una persona tome esa decisión equivocada a conciencia. Lo que digo es que no se puede crear una persona sin garantizar que pueda tener una vida feliz, y eso sabiendo que lo único seguro es su muerte.
Sin embargo, cuando la vida ya existe, los planteamientos son otros. Un niño adoptado es un niño que existe, y hay que procurarle el máximo bienestar.

Es muy fariseo hablar de abortos de fetos. Por qué no hablamos de abortos de mórulas? Está vivo un espermatozoide? ¿Tiene conciencia un ovulo fecundado de 2 semanas?

Tener un hijo biológico es un error ético. Yo no reprocho a mis padres el haberme tenido pero en la vida no hay nada más horroroso que asumir que un día morirás

He leido las dos entradas sobre el tema del aborto...y creo que es mucho más complejo. Personalmente, estoy en contra del aborto y soy una gran defensora de la vida. Pienso que la decisión de interrumpir un embarazo para una mujer conlleva una carga muy dura, un estigma que no se olvida. I no quiero creer que es por simple egoismo o ignorancia.
Soy trabajadora social y me encontré con una mujer que me pidió una ayuda econòmica para poder costearse el aborto. Cual seria la mejor intervención professional como cristiana siendo fiel y coherente con mis creencias y pensamientos? Como puede entender alguien que no tiene para darle de comer a sus hijos, que esa nueva vida que viene vale la pena? Eso me obliga a plantearme un dilema ètico.
Opino que cada situacion es un mundo y se debe mirar desde todas las perspectivas. Cualquier mujer que aborta, por mucho que no crea que es una vida, tiene conseqüèncias físicas/hormonales y emocionales. Y no me atrevo yo a juzgar una decisión así.

Me reitero (y no quiero entrar en debates religiosos) que todo parte de las convicciones o creencias de cada uno.
Anónimo, para un no creyente no hay nada más horroroso que la muerte, te doy la razón, pero para un creyente, la muerte es solo un paso hacia una vida mejor, donde está quien más nos ama esperándonos... Los creyentes entendemos el sufrimiento como algo redentor, con un sentido mayor y pleno detrás (de ahí la Cruz y luego la Resurrección) y creo que la alegría está tejida de dolor en muchas ocasiones, lo que no es excusa para tomar el camino más fácil que no siempre es el mejor.

ves? tenemos verdades diferentes... no hay una mejor que otra, simplemente son diferentes!

Ah! y pienso que un espermatozoide no es vida hasta que no se une a un óvulo, en ese mismo instante ya lo es, y esto lo afirman algunos científicos, no yo.

Muchas gracias a todos por dedicar tiempo a leer, comentar, responder... en definitiva dar jugo al blog.

Gracias Clara por participar y compartir tus experiencias. Estoy contigo en que abortar es algo muy complejo y me gustaría hacer énfasis en eso del "estigma que no se olvida" y que muchas veces parece que algunos olvidan recordarlo. Por supuesto que queda para siempre y ese escrúpulo de conciencia llega a ser insoportable. Una prueba más de que no se puede abortar "sin más".

Intervención profesional y fidelidad cristiana no siempre van de la mano, pero ahí es donde debemos pararnos a pensar y "dar el callo".

Gracias Anónimo por "atreverte" a poner un punto de vista distinto. Llevaba bastante tiempo esperando un comentario así...

Cuando hablo de fetos, podría hablar de mórulas (por cierto, he tenido que buscarlo...) o de óvulos fecundados. Me da lo mismo. Un espermatozoide por sí solo, el pobre, no es nadie en este mundo. Y sobre la conciencia y tal, pues hombre, creo que de tener conciencia a ser vida hay "un cacho". No me acuerdo de nada de cuando era un óvulo fecundado de 2 semanas, ni de cuando era un feto, ni de lo que he hecho mientras dormía anoche.

Pero creo que el resto de tu comentario tiene más enjundia. Perdona que te lo diga, pero lo he leído varias veces y no deja de sorprenderme. Veo detrás un vida=camino a la muerte. Es como si vivir no fuese nada más que dejar pasar el tiempo hasta que te mueres donde se acaba todo.
O algo así como: "ya que me toca vivir esta experiencia pre-muerte, hagamos algo". Como si lo realmente importante fuese la muerte, que es lo único seguro que te va a pasar, en torno a lo que gira todo lo demás.

Yo tengo un concepto sobre la vida con un inmenso valor que no puede entender el hecho de crear vida como error ético o como algo inmoral.

Hola Amélia! no he podido evitar abrir los ojos como naranjas y leer dos o tres veces "Los creyentes entendemos el sufrimiento como algo redentor, con un sentido mayor y pleno detrás (de ahí la Cruz y luego la Resurrección)". Ya que nunca me lo habia planteado así. Pienso que el sufrimiento forma parte de las crueldades humanas y de situaciones que inesperadamente nos duelen ( enfermedades, conflictos relacionales,etc.) No lo entiendo como algo redemptor. Es decir, para mí Dios es quien cuida,quien nos llena de fuerza, quien " redempta", no el sufrimiento. Aún así, comparto contigo que en ocasiones las alegrias conllevan un dolor.

Aunque llego tarde voy a poner mi opinión... Ya sabéis la mayoría lo que pienso y mis no-creencia y pido perdón por anticipado por si ofendo (que seguro que lo haré) a alguna persona.
Dani, voy a partir de esta frase: "tienes la responsabilidad de una vida en tus manos" Bien, en qué punto estaríamos si esa responsabilidad desaparece desde el momento en el que el óvulo es fecundado? Me explico, yo he visto a gente extremadamente egoísta que tienen hijos a diestro y siniestro por el hecho de "echar un polvo sin condón ya que no se siente lo mismo" Y que, lejos de plantearse dar a ese hijo en adopción, se quedan con él y le hacen un desgraciado para toda su vida. Nos podemos plantear que si abortamos estamos negando la vida a un niño, pero, desde mi opinión, prefiero que gente así aborte puesto que yo he visto hasta qué punto un niño es indefenso, desgraciado, y lo peor he visto a un niño sentirse desgraciado. Porque nosotros seguramente hemos tenido una infancia más o menos feliz, con nuestras alegrías y tristezas, y hemos sentido el abrazo afectuoso y con sentimiento de nuestros padres. Pero existen niños que eso se lo han negado desde el segundo 1 de su vida. Y os aseguro que hay muchísimas posibilidades de que ese niño se sienta un desgraciado (y sea un desgraciado en el más amplio sentido de la palabra) el resto de su vida.
La cosa cambiaría si ese niño posiblemente tenga derecho y asegurada una vida más o menos digna. Ahí mis opiniones cambian, aunque también me pararía a escuchar el motivo del "querer abortar" de la madre. Porque igual sus "justificaciones" no son tan egoístas y sí se ha parado a pensar en la vida del otro partiendo de su propia vida.
Lo que está claro, es que un aborto marca psicológicamente, físicamente y más sentidos, pero cada uno tiene un poder de decisión propio que a veces, aunque no nos guste, tenemos que respetar.

La huella que les ha dejado es porque ellas lo querían tener, no porque no fuera un embarazo no deseado o el feto fuera deforme. Entonces la historia la verían desde otro lugar muy distinto y se buscarían la vida para abortar, como han hecho siempre muchos "cristianos", de esos que dicen lo de haz lo que digo pero no lo que yo hago...

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