jueves, 14 de enero de 2010

Antes de empezar...

Estos primeros días la verdad es que apetece escribir un post en todo momento. Habrá que ser pacientes, que vendrán momentos en los que no apetezca y quizás sea bueno tener una continuidad. Por ello, iré ahorrando fuerzas...
¿Por qué se titula así? Bueno, pues tampoco tengo una razón muy sabia. No es un título que tuviese en mente desde hace años. De hecho, varié unas cuantas veces hasta dar con éste, y tampoco es que me parezca el mejor del mundo, simplemente me pareció que estaba bien. La razón básica quizás sea lo que se deja entrever del texto que va con el título. Muchas veces me encuentro con situaciones en las que surgen pensamientos que parecen utópicos. Por momentos todo lo que pienso y siento parece que nace de una vida llena de utopía, pero de repente aparece la fe como telón de fondo... No diré más.
¿Qué formato es éste? Pues uno que encontré sencillo y que intentaré ir modificando poco a poco sin desgastarme demasiado. Porque aunque haya miles de páginas web donde te explican la importancia del formato, a mí no me parece que lo esencial de este blog vaya a ser lo bonito o feo que se vea desde la pantalla. Es cierto que ayuda, pero esperemos que las palabras ayuden más. Supongo que irá mejorando su aspecto lentamente y admito sugerencias, ¡por supuesto!

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